Recuerdo que desde pequeña siempre he tenido gatos.
Siempre recuerdo a uno en especial.
De pequeña vivía en una especie de urbanización cutrelux al final del pueblo y cada casa tenía un pequeño jardín por donde pululaban gatos de toda especie y condición.
Primero empezamos dándoles comida, luego haciéndoles una especie de duplex acartonado con felpudo hasta que dejaron de huir y cada día venían a los 4 jardines de cada bloque a jugar, comer y dormir.
En mi jardín había tres casetas, para los forasteros, las madres encinta y los gatos más pequeños, así que eso se convirtió en una especie de pensión gatuna que mi abuelo cuidaba ocn esmero ( les compraba platos, comida y salía al jardín los días de sol a repartirles parte de su comida).
Había una selección natural, si una gata paría más gatos de la cuenta se le dejaban tres, a lo sumo cuatro, los más fuertes, para que ni la madre ni los hijos murieran.
La forma de control era lo más bestia de todo, los gatos se ponían en una bolsa de basura hasta que morían de asfixia. A veces aun recuerdo los maullidos de los pobres que iban a morir....
Uno de los que se salvaron no era ni el más fuerte ni el más bonito, simplemente el azar hizo que en un principio se salvara.
Tenía muchas manchas, era una especie de sopa de tinta en blanco y negro maulladora, pero al poco de nacer dejo de comer, y lo poco que comía lo vomitaba.
Recuerdo que me pasaba horas intentando darle de comer, lo que fuera, le daba miga de pan deshecha con leche, leche, todo tipo de comida..., pero no había forma.
Un día intentó andar hasta el fondo del jardín, que no era muy grande, pero teniendo en cuenta que el pobrecillo estaba raquítico era una auténtica odisea.
Se quedó ahí, al fondo, maullando con sus inmensos ojos azules ( porque otra cosa no, pero sus ojos eran infinitos) hasta que se acurrucó y dejo de maullar.
Al rato lo cogí, no pesaba nada, y lo lleve junto a su madre y sus otros dos " hermanos".
A la mañana siguiente estaba muerto.
Supongo que por instinto se supervivencia o de lo que fuera había ido a morir lejos de los suyos, aislado, como si no quisiera que nadie lo viera, como hacen los elefantes...
Nadie quería enterrarlo, les bastaba con tirarlo a la basura, como cuando se te rope un vaso, así que lo cogí, cabe un hoyo, lo metí dentro y encima plante gladiolos, una flor que siempre me recuerda a los muertos.
Mi padre, desde entonces plantaba siempre en esa zona un montón de gladiolos y eso se convirtió en la zona con flores más preciosa del jardín.
Creo que voy a tener que comprar flores, seguramente margaritas, que son mis preferidas, para ponerlas en lo alto del balcón y que así recuerden a todos los muertos, o semi vivos que pasaron por mi vida, o que por una razón u otra dejaron de estar en ella, para que, aunque ellos me hayan olvidado, en algún lugar, o cada vez que pase alguien, las mire y ellos vivan en las miradas de los que jamás conocerán y por ende dentro de mi.
Current mood: nothing here works but your works and I mean it I have to leave#listen to: suede -- the living dead